Tan pronto como los rayos del sol comienzan a languidecer para dar paso al crepúsculo, encamino mis pasos a Namuncurá 672, a Fanes, punto de encuentro de infinidad de propuestas estéticas, formativas, educativas y más, mucho más, pues allí converge el espíritu de la comunidad Fanes, en el movimiento incesante y continuo.
Y no es para nada casual que los senderos del pensamiento me conduzcan a las tierras del movimiento.
Conversaremos en esta ocasión con el mayor referente del breaking en la ciudad, un pionero, un visionario, un guerrero de esta disciplina urbana: Julián Puhl.
No serán pocos los tópicos abordados en el encuentro, pasando desde luego por su bitácora formativa, todo lo concerniente a su riguroso entrenamiento; pero más allá de eso, que podríamos considerar una obviedad, dedicamos mucho más que dos palabras a mindfulness,self care, e incluso nos aventuramos a dejar caer alguna disquisición acerca del paradigma hegemónico del deporte en ciertos foros.
– ¿Cómo fueron aquellos, ya lejanos comienzos, cuando la disciplina aún no contaba con el reconocimiento que tiene hoy en día?
– Tuvieron lugar tantos sucesos desde aquel entonces,incontables viajes que me permitieron conocer las principales capitales de nuestro país e incluso de países vecinos, como es el caso de Brasil.
Tenía alrededor de 13 años cuando me inicié en la actividad, en aquellos años en torno al 2012, ni siquiera era considerada una disciplina olímpica como lo es en nuestros días, es de hacer notar como se ha profesionalizado el breakdance, al menos a nivel mundial. Desde ya que en nuestro país y especialmente en Bahía Blanca, quizás no tenga tanta difusión como se merece,o bien se dirigen esfuerzos al sostén de otras estructuras ligadas a propuestas más tradicionales,como bien pudieran ser el básquet o bien el fútbol.
– ¿Que característica o impronta recordás de aquellos primeros coqueteos con la disciplina?
– En principio recuerdo que me apasionaba ver la batallas y moría por formar parte de ese mundo. No sentía vergüenza, ni tampoco nervios, era muy chico aun para entrar en esa.
Por eso, la salud mental es crucial, para todos en principio, pero en la vida del deportista lo es tanto como el hecho de estar atento a mantener una equilibrada alimentación.
Desde que dí mis primeros pasos en el breaking,entendí que la disciplina era clave para alcanzar los objetivos,tener el horizonte claro y estar libre de posibles distracciones, a veces te limitas un poco en la vida social,pero es parte de cuidar el rendimiento y estar atento a tus necesidades de manera orgánica.
– ¿Qué repercusión tuvo tu vuelco a la actividad por parte de tu entorno más próximo, viene a tu memoria algún suceso puntual?
– Recuerdo que ni les gustaba jajaja es que había mucho desconocimiento, por otra parte, la disciplina estaba ligada al prejuicio de una vida poco ordenada, sin objetivos, eso típico que se solía decir de «estar en la calle todo el día».
Volvemos a lo que te mencionaba con anterioridad, no contábamos con infraestructura para entrenar, nos reuníamos en lo que es «el catastro» enfrente del Cine Visual.
Hoy por hoy la valoración de la disciplina cambió por completo, también la devolución por parte de mi entorno, en conversaciones con sus allegados hablan de mí y de mis logros, me cuidan y se involucran en las diferentes instancias del proceso,incluso alguno que otro se ha volcado a la vida fitness y nos pasamos data al respecto.
El camino del artista emergente está íntimamente ligado a lo autogestivo»
Mas allá de eso,entiendo que tenían las preocupaciones y miedos lógicos o al menos entendibles del caso,los viajes a Capital, recorrer Constitución en horas de la noche, junto a compañeros más o menos de mi edad, ese tipo de cuestiones, en las que toda familia se fija,pero hoy por hoy me acompañan muchísimo.
– ¿Cómo ves lo que sería el apoyo a figuras emergentes del break,hay apoyo por parte de algún organismo que los nuclee?
– Puntualmente el acento en esta ciudad está puesto en el fútbol y el basquet. El camino del artista emergente está íntimamente ligado a lo autogestivo. De alguna manera también lo podés ver como otra forma de entrenamiento, más ligado quizás a lo mental; a no desmoralizarte por cuestiones cotidianas. Afortunadamente en mi caso, cuento con un trabajo en blanco que me permite solventar mis gastos en lo que tiene que ver con viajes y demás. Aun así, obviamente aspiro a seguir profesionálizandome cada vez más, hasta poder aplicar a alguna beca y dedicarme tiempo completo al break.
Ya te digo, esas vivencias, también te forman, resolver las presiones cotidianas te prepara para afrontar de mejor manera el momento de las competencias, a que no te supere la instancia,que no te coma la cabeza y los miedos.
– ¿Considerás que hoy por hoy los breakers tienen una asistencia orgánica desde los grupos de trabajo, desde la salud mental, la alimentación, la posibilidad de ser becados, etc?
– Para ser sincero, hoy por hoy al menos en Argentina, estamos aún unos pasitos por detrás. Hace un tiempo viajé a competir junto a otros compañeros a Brasil, puntualmente a San Pablo y a Río de Janeiro. Quedé maravillado de la infraestructura con la que contaban; un lugar soñado para entrenar, así como también asistencia desde el focus mental hasta lo nutricional, pilares básicos en cualquier disciplina llevada a un nivel profesional, como es mi caso.
Es que con la propia observación no basta, por mucho que uno se auto examine, es más una lucha en equipo,un trabajo de índole colectiva.
– Un poco para dar un cierre y otro tanto por curiosidad, ¿cómo es el vínculo entre los compañeros b boys, b girls?
– Te soy totalmente franco y sincero: estoy super enfocado en lo mío y tampoco soy tanto de estar en las redes. Más que nada para controlar lo emocional. Antes estaba un poco en todo, salía mucho más y en general era más dado al roce social. Pero los objetivos que te proponés alcanzar, hacen que tengas que priorizar; a lo mejor desde fuera te perciben demasiado serio o reservado, pero más que nada es concentración.
Con los colegas compartimos mucho y tenemos la mejor de las ondas, obviamente me súper alegro de los logros que van teniendo y construimos comunidad, de nada serviría que nos guardásemos secretos, aprendemos todos de todos.
– Gracias Juli por tu numerosísimas palabras y tu tiempo, acercándonos a este mundo tan peculiar y, quizás, tan lejano para muchos de nosotros, en especial, para quien suscribe.
Encendido y renovado mi entusiasmo por las disciplinas urbanas, como breaking, parkcour o calistenia, me llevo de este encuentro la clarísima impresión de que los límites, sólo existen en nuestra mente.
Fotos: gentileza La Nueva