Cuando las crepusculares luces mortecinas languidecen ya en el horizonte, pido asistencia a las altas deidades del panteón pagano en la hora de la narración última.

Atiende a mi clamor y presta oído a mis exclamaciones, no abandones Orfeo a este ya pálido y desteñido amanuense, sobrevuela las aguas del olvido y extrae de la memoria la palabra pronta y oportuna.

Oh tú, que desafiaste al Hades con tu arpa y tu encantado canto, no serás tardo y secundarás mi paso en esta noble y empeñosa empresa de comentar las venturas y desventuras de otro miembro de tu linaje y estirpe.

Oh tú, arpista entre los arpistas, el más dulce tañedor del cual se tenga memoria a lo largo y ancho de los siglos…en cuantas oportunidades habrás intercedido por los artistas caídos en la más absoluta desgracia.

No te serán ajenos, de seguro, los sucesos que rodean la vida de Alejandra Medrano, arpista como tú, quién sorteando peligros de toda especie y color, se ha coronado al final del sendero con el dorado laurel perenne de la victoria.

Luego de atravesar el cadalso y verse atribulada por no escasos peligros, se incorpora hoy a la fulgurante constelación de ilustres argentinos que irradian su luz al orbe entero, al igual que otrora lo hiciese el faro de Alejandría, brindando un horizonte certero a los navegantes en penumbras.

En esta hora postrera en la cual el pulso flaquea, y las ánimas del Averno se yerguen impetuosas contra la humanidad, historias como las de Alejandra, ponen el candil sobre el tejado e insuflan en nuestras almas renovado ánimo y esperanza.

Porque demasiado, nunca es suficiente, y a la hora de anhelar y desear en menester hacer saltar la banca del destino, desde la recóndita tierra Emiratí, los dejo, sin más dilaciones con el diario de viaje de una argentina por el mundo, «venturas y desventuras de una arpista en tierra Emiratí, Alejandra Medrano”.

Capítulo 1: “Cuesta abajo”

Asistimos en esta primera entrega al mismísimo descenso a los barrios hostiles del Averno, insigne muestra de los padeceres patibularios y las tribulaciones.

Intercede en esta hora del dolor Oh Orfeo,mientras que aquí este amanuense, “sombra de una sombra”,cortará la noche en dos, como la más certera de las saetas,anoticiando a los ocasionales lectores acerca de como nuestra arpista viose obligada a abandonar entre gran sollozo y alboroto aquellas tierras que fueran alegría y gozo de su candoroso corazón.

Palabra de Alejandra Medrano: “En el año 2019 me ví envuelta en una serie de eventos tan desafortunados como impensados,acaso inimaginables por mí.

La vida tal cual se me presentaba hasta aquel momento cambió para siempre,y aunque hoy por hoy lo cuente con ligereza(y casi con humor),supuso un recorrido por circunstancias emocionales tan dolorosas como angustiantes.

Menciono al pasar algunas de estas circunstancias,para dar un marco narrativo a las peripecias que acontecieron en aquellos días.

Durante un período de tiempo que comprendió 15 años aproximadamente, tuve la dicha y la fortuna de gozar de una vida laboral de máximo reconocimiento en lo que atañe a lo humano y a lo profesional como arpista en un Hotel de lujo asentado en suelo emiratí.

Sin embargo,en el año 2019, debido a una gran crisis económica que azotó a todo el mundo, e incluso a Emiratos Árabes, me vi obligada sin mayor remedio a abandonar esa zona de máxima apreciación y confort, con los temores, dudas e incertidumbres del caso, en pos de encontrar una solución a esos tiempos adversos.

Emprendí entre lamentaciones el espinoso camino del éxodo,dejando tras de mí una estela de llanto y angustia,rumbo a tierras españolas,más precisamente a Málaga, lugar en el cual había adquirido hace algún tiempo una propiedad.

Poca fué mi fortuna también allí, pese a ser propietaria de un inmueble, esto no me permitía sostener un status legal  por un período prolongado de tiempo.

Mi sustento cotidiano provenía básicamente de las clases particulares de mis alumnos, y de algún que otro evento que,  por otra parte, también comenzaba a escasear. El panorama que se erguía ante mí era,sin lugar a dudas,oscuro y agobiante.

Quizás fuera por algún designio divino, que golpeó a mi puerta una oportunidad que significaba un salvoconducto provisorio a mi desventurado devenir en tierra emiratí.

Alejandra Medrano arpista en medio ortiente

La misma consistía en ocupar un cargo de arpista,en un hotel/oasis, un verdadero paraíso mahometano en el medio de la nada, (a 900 km del poblado más cercano) y allí mismo residía la principal dificultad, abrazar una propuesta que realmente no podía bajo ningún concepto dejar de lado, pese a la adversidad del contexto.

Me embarqué en esa aventura que marcó un cambio rotundo en el paradigma de vida laboral que estaba habituada a vivenciar, rodeada de cordialidad y máxima apreciación, aquí en cambio abundaban las riñas, pleitos y cuando no los recelos, como las alimañas en el desierto.

Pocos eran las espacios para hacer catarsis dentro del marco de encierro, a lo sumo las rutinas de deporte en el predio o bien exceder el mismo y deambular en solitaria caminata nocturna en las arenas del desierto, expuesta al contacto con la ponzoñosa fauna propia del lugar.

Y fué allí mismo, en ese lugar aislado y remoto,que vivenciamos la llegada del aislamiento debido a la pandemia que azotó al mundo entero.

Capítulo 2: “florecerá la vida, no existirá el dolor”

Acuclillados frente al gran misterio del devenir de la historia del ser humano, plagado de ascensos y descensos, caigo en cuenta del pendular infinito del que somos inexorablemente parte.

Más no soy yo quién llega a tales elucibraciones, eres tú, oh Orfeo, quién hace posible que lo vea.

 Y como el árbol revive en primavera de aquel follaje que ha llorado su muerte en el otoño, así nuestra arpista verá cómo paulatinamente su llanto es enjugado por una buena mano del destino.

Veamos entonces el discurrir de esta segunda entrega, oh ocasional y virtual lector.

Palabra de Alejandra: repatriación de por medio y ya una vez en suelo argentino, se despertó en mí una idea seminal, la de aplicar a la golden visa para talentos especiales, hecho que me daría el estatus legal que me permitiría no solo perpetuar mi residencia en suelo emiratí por diez años, sino, además, ser sponsor de mi  misma, artista independiente, sin necesidad de rendirle cuentas a nadie.

Por siempre estaré agradecida a esta tierra que me dió cobijo hace ya tantos años y en la cual tengo el privilegio no solo de hacer música con el arpa, inusual instrumento, sino poder transmitir mi amor por la música a quienes me escuchan e incluso cambiar por un fugaz momento la realidad de sus vidas, iluminando su pesar y el tedio propio del cotidiano vivir.

En mi breve y auspiciosa estancia en Argentina, tuvo lugar otro suceso por demás relevante, el reencuentro con el espacio institucional del Conservatorio de Música de Bahía Blanca. 

Si bien en un primer momento concurrí a solicitar documentación por motivos legales  vinculados con la visa, me ví estimulada por Abelarda Moro (actual directora de la institución), quién deslizó al pasar que podría sacar provecho de las oportunidades que suscitaba el  cursado online, propuesta que dió pie a que culminara mis estudios de arpista clásica superior, hecho inédito en aquel claustro académico.

De manera que a mi regreso a tierra emiratí,me ocupé de conjugar la subsistencia con los eventos privados y bajo cuerda que iban surgiendo, ya que aún estábamos bajo régimen pandémico, con el cursado en post de la culminación de mi tránsito académico.

No exagero al asegurar que fué una  verdadera gesta,un acto poco menos que épico y faraónico llevar a término la meta propuesta. Lo cual constituyó, por otra parte, una lucha colectiva.

Aprovecho la ocasión para hacer llegar mi más sincero agradecimiento en primer lugar a mi familia, y muy especialmente a Laura Fillottrani (inspectora por aquel entonces) y a Abelarda, excelentes profesionales que me acompañaron en la recta final de este camino.

Hecho que significó quitarme una gran piedra del zapato,ya que recibirme como instrumentista, era un pendiente que guardaba para conmigo misma desde hacía  ya mucho tiempo.

Entre diversas crisis, momentos de angustia,mudanza, grabar mil y un videos con las mejores tomas de las obras  a rendir, un buen día… llegó la tan anhelada y esperada aprobación de la golden visa, y todos los beneficios que supone, estabilidad por al menos diez años en el ámbito laboral, y ser realmente una artista independiente, sponsor de mi misma, libre de trabajar con quien quiera.

Siempre me consideré una acérrima defensora de la ley de atracción,de soñar y crear realidad con tu mente y transformar de cuajo la realidad que nos rodea, todo lo vivido bien da cuenta de ello.

Capítulo 3:”Adiós Pampa mía”

Desde lo más profundo y recóndito de los ayeres,es menester que el camino recorrido transforme por siempre en cuanto al ser se refiere al héroe de las infinitas mitologías.

No será este caso una excepción a la regla.

Bendice Oh tu, magno Orfeo, los senderos que pisa, y más aún los que ha de pisar nuestra arpista, acompañala en cuanta empresa se proponga, prodigando las más ingeniosas invenciones sonoras, que desde lo alto del panteón pagano tu le susurras entre ahogados suspiros.

Palabra de Alejandra: por último y no por eso menos importante, deseo subrayar especialmente mi agradecimiento a la tierra que me vio nacer y que generosamente me brindó dos cosas que pocos países ofrecen, salud y educación públicas.

Y aunque tras tantos años me encuentro aquerenciada en Emiratos, siempre anhelo re/encontrarme con las interminables costas argentinas y su oleaje indómito, con el ritual tan criollo del asado con amigos y porqué no, con sus vendedores ambulantes, impensados en este rincón del mundo”.

Exhortación y saludo final

Si Beatriz fue consorte de Dante en su viaje por el infierno,no menos lumen has sido tu, Oh venerable Orfeo, al concederme la  inestimable gracia de narrar las peripecias de nuestra arpista, en las muy lejanas tierras emiratíes.

Desterrados ya de todo sopor y prontos al despuntar de un nuevo día para el alma, nos exhorto a que soltemos las amarras y quememos las naves de los sueños en aras de nuevos y mejores ideales, “porque demasiado,nunca es suficiente”.